Lamadrid, que cuenta con uno de los presupuesto más bajos de la categoría, logró el ascenso a la Primera B Metropolitana tras conseguir el punto que necesitaba ante Excursionistas. Una fervorosa multitud carcelera recibió al plantel que llegó en un Mercedes descapotable. Todo Devoto festejó el ascenso en el Enrique Sexto tras once años de espera. Así es, el "Carcelero" se escapó de la C.
Todo el plantel carcelero pateó siempre para el mismo lado y con solidaridad, demostrando compromiso con la causa. Y en estos tiempos donde predomina el 'yo', la unión es una virtud de este equipo y todo su cuerpo técnico.
Palabra del Presidente Pablo Crivari: “Sabíamos que era muy difícil competir con clubes que tienen un presupuesto mucho mayor que el nuestro. Pero la clave fue la unión del grupo. Todo proceso necesita tiempo, nada es mágico. Por eso fuimos pacientes con el Pato y le dimos confianza. Tenemos siempre la presión de tener el presupuesto más bajo, pero nosotros salíamos a la cancha y le jugabamos de igual a igual a cualquiera. Siempre le pusimos el pecho y fuimos para adelante. Ganas de pegar el portazo me dieron muchas veces. Ser dirigente consume mucho desgaste personal y familiar. Esto es para los 70 de Lamadrid que están siempre. Para los 10 soñadores que me acompañaron en todo momento, y sobre todo mi familia”. Para festejar vamos a hacer una cena que tenemos que pactar con los jugadores. El 14 de Mayo va a ser la fiesta de los campeones que se va a hacer acá en el club y le vamos a dar conmemoraciones a todos los jugadores que son los que más se lo merecen”.
La Campaña hasta el momento
Sumó 74 puntos en 36 partidos jugados: ganó 22, empato 8 y cayó en tan solo 6 oportunidades. Es el equipo que más veces gritó con 57 goles y sufrió 32 veces. Ahora bien, estas estadísticas muestran que Lamadrid es el conjunto que más partidos ganó, el que menos perdió. Es el equipo más goleador del torneo, y por ende el de la mayor diferencia de goles a favor.
Excursionistas 0 - 0 Lamadrid: Durante la primera mitad Lamadrid hizo el desgaste y fue a buscar cuanto antes el gol del campeonato, aunque con mucha precausión y sin descuidar la marca ya que el local estaba dispuesto a amargarle la fiesta. Los de Gustavo Cisneros se plantaron mejor en el campo e intentaron manejar la pelota con tranquilidad; no así los dirigidos por Franzoni ya que siempre jugaron de contra, pero tuvieron más y mejores chances que su rival para ganar el partido, de la mano de Lezcano y Martínez. La segunda mitad fue toda de "Excursio" que tuvo la posesión de la pelota e hizo transpirar a más de un carcelero, sobre todo en los últimos minutos del partido que lo ahogó con centros y si no llegó al gol fue por la falta de profundidad que sufre en tres cuartos de cancha. O simplemente, no ganó porque era el día del Campeón. Lamadrid consiguió lo que fue a buscar, la coronación, y le alcanzó con tan solo empatar en la cancha de Excursionistas.
UN SABADO INOLVIDABLE
El reloj marcó pasadas las 11 y comenzaba a rodar el balón que 11 fieras vestidas de azul y blanco querían cuidar y proteger, porque se jugaban los noventa minutos más importantes de sus carreras y de la historia del club. Porque estaba en juego el segundo ascenso a la B de su historia, tras 11 años militando en la cuarta categoría de nuestro querido fútbol. Comandado por el ya Prócer de Devoto Jorge "El Pato" Franzoni, que había logrado el ascenso allá por 1998 ganándole la final del Reducido a Ituzaingo (Lama luchó en la B hasta el 2000). Gracias a las incapacidad de los organismos de seguridad, se jugó a puertas cerradas. Medida que se tomó a causa de que se trataba de un partido definitorio, clásico y con hechos de violencia durante la semana. Solo dirigentes y allegados (40 personas) pudieron estar presentes respaldando al equipo. Pero esos 11 tipos que "se jugaron la vida" sabían que no estaban solos. Sino que eran concientes que detrás de la camiseta que llevaron puesta, miles de hinchas carceleros corrían con ellos bajo la lluvia que complicaba los planes y compartían la ilusión en la mismísima sede del club. El buffet se colmó y a puro bombos, cánticos, sombrillas, pirotecnia y emoción apoyaron a sus jugadores a través de una pantalla gigante.
Pitazo final, El Carcelero ganó el título que lo habilita para jugar la próxima temporada en una categoría superior. Los jugadores cargados de emoción se abrazan y van al alambrado a festejar con la gente que viajo con ellos. En la salida de Pampa y Miñones los esperaba el colectivo de la línea 80, que sería usado de "combinación" a través de General Paz para salir a la bajada de Lope de Vega, en donde hicieron el trasbordo a un micro descapotable que los estaba esperando con algunos hinchas que le cedieron esa camiseta que guardaran por siempre con la leyenda: "Yo fui Campeón con Lamadrid 2011". La fiesta recién comenzaba, ya se escuchaban bocinazos con ritmo festivo de los automóvil que pasaban x ahí. Los jugadores agitaban banderas, cantaban, saltaban, y hasta encendieron bengalas de humo azul para que la fiesta tenga aún más color todavía.
Sabían bien que sus hinchas los esperaban, pero jamás se imaginaron que todo devoto festejó con ellos. Ni bien el micro dobló por Av. Beiró en dirección hacia el estadio, una avalancha, tsunami, ola de gente o como quieras llamarlo, venía desesperada corriendo hacia el micro para vivar a sus héroes. Miles de personas con los colores del Carcelero cantando bajo la lluvia. Desde ese momento, el paso del Plusmar fue poco menos que a 5 km por hora. Pero milagrosamente al chofer eso no le molesto, si hasta entonaba el fervoroso: "Yo te alentaba sin saber porque, y ahora se que nos vamos de la C". Sobre la marcha muchos hinchas no se aguantaron y subieron a cantar con los jugadores, desde abajo la familia entera apaudía al paso, los perros se cruzaban ladrando, la señora que desde la puerta de su casa lloraba a moco tendido porque veía a todo el barrio unido y festejando al grito de: "Lama de mi vida, vos sos la alegría de mi corazón".
Franzoni y sus muchachos llegan al estadio en donde los esperaban aún más hinchas todavia. Ahora sí, todos juntos a dar la vuelta olímpica en el campo de juego del club. Ese campo que sufrió la lluvia pero dejó un regalo especial para los jugadores como lo fue el barro aguado para el deleite de los campeones. No se salvó nadie: players, diregentes, utilero, cuerpo técnico, todos terminaron embarrados de alegría. Así es, Señores... el Club Atlético General Lamadrid ya es un club de Primera B Metropolitana.